martes, 31 de enero de 2012

Febbre da cavallo (1976)


Bruno (alias Mandrake), Armando y Felice son tres amigos cuya única vida es la de ir al hipódromo para intentar ganar. No hace falta decir que tienen pésima suerte y constantemente pierden dinero que ni es de ellos.


De hecho su vicio raya la ludopatía: En una escena después de a haber perdido y con apenas lo justo para pagar su regreso a casa, se encuentran con un señor en la calle que juega a lo de descubre bajo que carta está el color, sin pensarlo los tres apuestan y pierden de nuevo. Entonces para volver tienen que evitar durante todo el trayecto al tipo que marca los tickets del tren.

Momentos como el anterior son los que hacen la cinta, los personajes principales se meten en varios embrollos para conseguir más dinero para apostar. Roban, estafan, piden prestado, empeñan sus cosas...


La trama toma forma cuando Gabriella la novia de Mandrake preocupada por su relación va con una adivina que le lee las cartas, éstas muestran a tres caballos y otras tres figuras. La adivina le dice que ella lo interprete a su manera (por supuesto que le dice eso).

Gabriella tiene una corazonada y le pide a Bruno que vea las cartas y le de los nombres de 3 caballos que le lleguen a la mente. Mandrake le da los de los 3 peores caballos del momento y se ríe cuando su novia le dice que esos serán ganadores. Gabriella le pide a Bruno que apueste por ella a esos tres caballos y el jugador sale volando...


Pero sus amigos lo persuaden para que no juegue esos sino a otro, uno que siempre gana, diciéndole que es imposible que Dag, Soldadito y el otro animal siquiera tengan una oportunidad.

¡Oh, sorpresa! Las cartas tenían razón y la ganancia hubiera sido de 20millones. Al llegar a casa ve a Gabriella festejando y no le dice nada, le entra miedo de que su chica lo vaya a matar, así que cuando se le presenta la oportunidad de realizar el secuestro y reemplazo de un -driver- profesional para que un caballo en especial gane, apenas lo duda y así él junto a sus amigos llevarán a cabo su plan.



Conclusión:
Antes de ver la película leí unos cuantos comentarios cortos sobre ella que me hicieron pensar que sería una obra maestra italiana y la verdad es que no llega a eso pero sin duda está bien hecha y tiene momentos divertidos.

Además las actuaciones convencen y los diálogos, pronunciados a mil por hora evitan que te aburras. Es una película que carece de momentos brillantes pero su final y la presencia de Catherine Spaak la redimen.

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